8.9.09

LOS BOMBEROS Y EL GOLPE DE ESTADO DEL 11/09/ 1973



Mario Ilabaca Quezada, del Cuerpo de Bomberos de Santiago (a la derecha) uno de los voluntarios que el 11 de septiembre de 1973 sacaron el cuerpo del Presidente Salvador Allende, envuelto en un chamanto, por la puerta de Morandé 80 después del bombardeado del Palacio de La Moneda.








Recuerdos del voluntario Arturo López U. del 11 de Septiembre de 1973
En Santiago de Chile, a 15 de Septiembre de 1973.

El martes 11 de septiembre de 1973, no había clases. La Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile estaba en huelga. Desde que entré en 1971, no habíamos tenido un solo semestre normal. Huelga tras huelga, tomas, asambleas, marchas, etc. Cuando no eran los alumnos eran los profesores, cuando no eran los partidarios del gobierno, era la oposición. Esa mañana me encontraba en mi casa. Había programada una marcha de los estudiantes por la Alameda, a la que me disponía a asistir. Me despertaron como a las ocho de la mañana para que pusiera la radio. En ella se escuchaban Himnos militares y se daban los bandos emitidos por la Junta de Comandantes en Jefe, que se había hecho cargo del país.

El Presidente Allende se negó a renunciar y a abandonar la Moneda, por lo que ésta fue atacada por aviones Hawker Hunter de la Fuerza Aérea con rockets incendiarios. Posteriormente fue tomada por asalto por fuerzas de infantería apoyadas por unidades blindadas. El bombardeo provocó un gran incendio en el Palacio de la Moneda, por lo que los militares llamaron a los bomberos para su extinción. Se pidió por la televisión que los voluntarios se dirigieran al incendio vestidos de uniforme, el que les serviría de salvoconducto.

Como ya dije me encontraba en mi casa y ante este llamado me dirigí en mi citroneta al cuartel de la 14ª Compañía que quedaba cerca para confirmar que podíamos ir al centro de la ciudad. La Bomba de la 14 aún no tenía orden de salir al Incendio. En ese lugar me encontré con un compañero Quintino (de la quinta Compañía), Juan Luis Vial C., con quién decidimos que teníamos que correr el riesgo y dirigirnos al incendio. Nos subimos a la Citroneta y bajamos por Bilbao hacia el centro. En muchas esquinas había patrullas militares, las que al vernos vestidos de Bomberos nos dejaron pasar. Al acercarnos al cuartel ya se oían balaceras y se veía mucho más movimiento militar, sin embargo pudimos llegar sin problemas a la "calle chica" donde nos estacionamos.

Al entrar al Cuartel, vimos que estaba instalada en él, la plana mayor del Regimiento Blindado N°2. Había soldados en las ventanas del tercer piso que disparaban ocasionalmente hacia los edificios vecinos. En otras dependencias había algunos heridos e incluso un soldado muerto yacía en la sala de lockers. La Bomba estaba en el Incendio. A pesar de que había balazos en la Plaza Bulnes decidimos cruzarla para presentarnos al Capitán en la Moneda. Nos fuimos pegados a los muros de los edificios y con gran susto cruzamos la Alameda. Entramos al edificio por la puerta del entonces Ministerio de Relaciones Exteriores y la cruzamos por dentro hacia el norte. El Incendio estaba concentrado en el sector nor-poniente del edificio, otros sectores estaban dañados, pero sin incendiarse.

Nos dirigimos a Moneda y Morandé dónde estaba armada la Bomba y nos presentamos al Capitán. El Capitán me ordenó subir al segundo piso para apoyar a un pitonero que allí se encontraba. Como ya dije el sector nor-oriente de la Moneda, dónde se encontraban las oficinas de la Presidencia de la República, no se encontraba en llamas gracias a que la Quinta logró evitar la propagación del fuego desde lo que era el Ministerio del Interior en el sector nor-poniente. Subí por una escala colocada en la segunda o tercera ventana del segundo piso por calle Moneda y me encontré en una oficina, no muy grande, que según me dijeron era la oficina privada del presidente. Tenía un escritorio con una pequeña bandera chilena encima y varias vitrinas con diversos objetos entre los que recuerdo un ajedrez de marfil y una Enciclopedia Espasa completa. En ese lugar un compañero Quintino (de la quinta Compañía), me informó que el Presidente Allende estaba muerto en un salón a poca distancia y me indicó como llegar a él.

Atravesé otra oficina y llegué a un hall de distribución. Por una puerta entreabierta se veía en un salón movimiento de militares y algunos civiles que ponían el cuerpo del Presidente Allende en una camilla. Al poco rato cerraron la puerta desde adentro y no vi mas, por lo que regresé al sector Norte. Al pasar nuevamente por la oficina privada del Presidente, se me ocurrió tomar un teléfono y al ver que tenía línea desde ahí llamé a mi señora, que en esa época era sólo polola y le conté lo que había visto y lo que pasaba en el centro. También llamé a mi madre para contarle lo mismo.

Posteriormente me dediqué a las labores habituales de un incendio, pitonero por un rato, luego rectificar armadas, agregar o quitar tiras, etc. El sonido de balazos no paró en toda la tarde y a pesar de que los bomberos no tomamos ninguna precaución especial y entrábamos y salíamos del edificio según se necesitara y caminábamos por las calles alrededor de las Bombas de Incendio, no hubo ningún voluntario herido por las balas. Como había bastantes voluntarios asistentes, tuvimos tiempo para curiosear un rato por el interior del edificio. Volví nuevamente al salón donde había muerto el Presidente. Se encontraba vacío y pude observarlo con detención. Había un sillón de felpa rojo en el que fue encontrado recostado sobre un costado el cuerpo de Allende. Había restos de sesos en el sillón y esparcidos por su alrededor, especialmente en un Gobelino que colgaba en la muralla. A continuación de este salón hacia el Sur, había un comedor en el que había restos de comida en platos sobre la mesa.

Nos llamó la atención la Galería de los Presidentes en un corredor cerrado del segundo piso en que estaban los bustos de los ex presidentes hechos en yeso, algunos dañados por el agua. Las cocinas y reposteros de la Moneda tenían gran cantidad de alimentos y bebidas de todos tipos, en una época en la que había que hacer colas para comprar los alimentos básicos, Había una abundante provisión de Whisky importado en una bodega. (En esa época no se podía importar licores al país). En los patios de la Moneda unos pocos militares resguardaban una gran cantidad de armas de diversos tipos encontradas en el edificio: desde pistolas calibre 22, subametralladoras, morteros y hasta granadas antitanques de fabricación rusa. Aproximadamente a las nueve y media de la noche nos retiramos al cuartel por calle Teatinos. El tiroteo aún seguía en el sector.

La Moneda se encontraba semi-destruida. Todas sus fachadas con numerosos impactos de balas. El sector del Ministerio del Interior totalmente destruido. En él quedaban solo las murallas paradas aún humeantes. El resto del edificio con muchos daños pero no se alcanzó a quemar por la oportuna acción de los bomberos. Cuando llegamos al Cuartel, todavía se encontraban en él los militares, los que se fueron alrededor de las once y media de la noche. Nos quedamos 28 voluntarios en el Cuartel esa noche, por lo que no había camas para todos en la guardia nocturna. En todo caso las balas siguieron sonando toda la noche, por lo que no era mucho lo que se podía dormir. Al día siguiente el tiroteo continuó aunque ya disminuido. En la calle sólo se veían patrullas militares debido al toque de queda. Nosotros pasamos casi todo el día viendo Televisión o escuchando noticias en la radio. Con precaución nos acercábamos a las ventanas: vimos llevar detenidos al Ministerio de Defensa, vidrios quebrados en los edificios colindantes e incluso lo que parecían ser cadáveres enredados en cortinas venecianas en unos edificios de la Av. Bulnes. Nos tocó ver también como caía herido un soldado al parecer por un disparo de un francotirador. Esto desató un baleo bastante largo. Esa noche, seguíamos los 28 voluntarios en el Cuartel, y poco se pudo dormir a pesar de que los disparos eran más aislados.

Al amanecer, cuando logramos dormirnos, cayeron los timbres de Incendio: Se quemaba el edificio del diario del Partido Comunista "Puro Chile". El siniestro fue dominado rápidamente no sin antes haber pasado un buen susto debido a explosiones de municiones allí guardadas. Al volver al cuartel, en la Alameda frente al Ministerio de Educación se produjo una balacera cuando pasaba la Bomba. Una patrulla militar concentró sus disparos en el edificio del frente en respuesta a disparos por ellos recibidos. Este día como a las tres de la tarde se levantó el toque de queda por cuatro horas. En ese momento y dado que ya no era necesaria nuestra presencia en el Cuartel, la mayoría de los voluntarios volvimos a nuestras casas, quedando en el Cuartel sólo los integrantes de la Guardia Nocturna, junto a algunos oficiales de la Compañía.

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Autor del Blog

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Carlos Aguilera Viñas

Acerca de mí

Voluntario Honorario de la Segunda Compañia "Pompa Italia" del Cuerpo de Bomberos de Copiapó. Ingeniero en Prevención de Riesgos. Experto Servicio Nacional de Salud y Sernageomin. Chile. carlos_aguilera@fmi.com